sábado, 27 de diciembre de 2014

Caídas

Me he caído muchas veces a lo largo de mi vida. Desde que tengo memoria siempre me he caído. Incluso no lo recuerdo, pero al parecer ya desde mis primeros pasos me caía, o eso cuenta mi madre. De bebé siempre aterrizaba con la cabeza contra el suelo, era incapaz de no salir corriendo y a los pocos pasos darme un hostiazo. Mezcla de torpeza, impulsividad, ganas de llegar antes de haber dado el primer paso... que sé yo. Siempre me he caído. Hasta me rompí un diente contra el asfalto de la pista de fútbol del colegio. Caí con una gran sonrisa, eso si.

De mayor no he cambiado mucho. Me he seguido cayendo, de muchas formas, física y también psicológicamente. Me he caído por el monte unas cuantas veces haciendo el cabra. Me caí borracho tropezando con la bola del remolque de un coche y me quedé tirado en el suelo sin ser capaz de levantarme, terminando arrastrándome por el suelo hasta la puerta de mi casa.  
Y me he caído anímicamente mucho. Por distintos motivos. Por penas, culpas, chascos, gente, mentiras, enfermedades... tengo un gran catálogo de caídas, ya lo creo que si. Ahora estoy cayendo.

Pero al igual que la naturaleza hizo que mi cráneo se endureciese como el cemento en la parte frontal de mi cabeza a base de hostias, poco a poco mi interior también se va endureciendo, y los dramas cada vez son menos. No puedo evitar empatizar con el dolor ajeno, ni puedo evitar querer a muerte y odiar del mismo modo. Pero las cosas cada vez joden menos, y en algunos casos, ya me generan indiferencia. Supongo que eso será que estoy madurando, o será que uno se acostumbra a todo, incluso a las caídas. De pequeño lo hice, ¿por qué no iba a hacerlo ahora?

En cualquier caso sigo queriendo llegar al final antes de haber dado el primer paso. Eso no ha cambiado. Ahora mismo deseo la cura casi antes del tratamiento. Igual que deseo la paz, antes de que llegue la última batalla. Deseo que me comprendan igual que yo he comprendido. Y sigo siendo impulsivo, y sigo golpeando las paredes, y sigo deseando que algún cabrón se muera sufriendo, y sigo deseando que todo acabe ya. Deseo aprender a correr sin caerme, y si me caigo y me duele, levantarme como cuando era un crío pequeño. Deseo muchas cosas. Entre ellas, cerrar este blog. Ha dejado de tener sentido, ni tan siquiera he escrito en los últimos meses. Así que probablemente esta sea la penúltima entrada. Todo tiene un principio y un final, como todas las mierdas que aquí he dejado escritas.

1 comentario:

  1. "Si te caes te levanto y si no me acuesto contigo" decía Julio Cortázar

    ResponderEliminar