domingo, 30 de junio de 2013

La estatua del jardín botánico




Un día más me quedaré sentado aquí 
en la penumbra de un jardín tan extraño 
Cae la tarde y me olvidé otra vez 
de tomar una determinación 
Esperando un eclipse 
me quedaré 
Persiguiendo un enigma 
al compás de las horas 
Dibujando una elipse 
me quedaré 
entre el sol y mi corazón 
Junto al estanque me atrapó la ilusión 
escuchando el lenguaje de las plantas 
Y he aprendido a esperar sin razón 
Soy metálico en el Jardín Botánico 
Con mi pensamiento sigo el movimiento 
de los peces en el agua 
Un día más me quedaré sentado aquí 
en la penumbra de un jardín tan extraño 
Cae la tarde y me olvidé otra vez 
de tomar una determinación 
Esperando un eclipse 
me quedaré 
Persiguiendo un enigma 
al compás de las horas 
Dibujando una elipse 
me quedaré 
entre el sol y mi corazón.

lunes, 17 de junio de 2013

Terrores Nocturnos

De niño solía tener pesadillas. Tenía bastantes de hecho. A veces despertaba a mis padres porque me incorporaba en la cama gritando que en el techo de mi habitación estaba el hombre araña. Si lo piensas bien, los niños suelen dar bastante miedo. En las pelis de terror son los que más acojonan. Así qué si yo hubiera sido mi padre, y mi hijo me dice que hay un tío en el techo y lo señalo, como mínimo me hubiera acojonado. Además, al decir al hombre araña, no me refería a Spiderman, sino a una cabeza humana con cuerpo de araña. Siempre fui un poco tétrico supongo.

Tengo el recuerdo también de soñar que mi abuela y sus hermanas me guisaban y me comían aún vivo. Esa era una de las peores pesadillas sin duda, ya que me echaban coliflor, la cual apestaba. Aunque también me viene otra a la cabeza, en la que yo me arrastraba por un lugar oscuro, y no me podía poner de pie porque había techo, y tampoco podía encontrar la salida porque estaba oscuro. Y me pasaba la puta noche reptando. ¿Por qué coño tiene que soñar esas cosas un niño?

Lo malo de las pesadillas es que nunca desaparecen del todo. En mi caso hay algunas, que aún sueño hoy, que me han acompañado toda la vida. Otras en cambio son nuevas, y desgraciadamente más reales, o como mínimo más posibles. Supongo que los malos sueños son algo que nos acompañan toda la vida. La enfermedad, la pérdida, el engaño, la envidia, el dolor, el desamor, el Partido Popular, la última hora a la que te conectaste al Whatsapp, etc, etc.

Y hablando del Partido Popular y de terrores nocturnos, hoy el presidente del gobierno y presidente de honor del club de gente que escupe cuando habla, Mariano Rajoy ha estado en mi pueblo, en Villena. Ha estado acompañado también por el Príncipe, si, sabéis quién digo, este que tiene una hermana tonta y otra muy lista y corrupta. Han estado inaugurando el tramo del AVE que pasa por aquí. Os juro que me he pasado la puta mañana entera rezando para que un raíl estuviera mal colocado, pero no, como suelo ser un mal hablado y tiendo a decir mucho eso de me cago en Dios, pues no han valido los rezos.

Y esta es la mierda que se me ha ocurrido hoy, unir a Rajoy con la palabra pesadilla, como véis solo escribo obviedades que hasta un niño de primaria podría enlazar sin problema. Excepto la infanta, la infanta no creo que fuese capaz. De hecho yo creo que es muy acertado que pusieran su nombre a un centro de parálisis cerebral de aquí cerca en Alicante.

Y con esto me voy a dormir, o a intentarlo, porque he escrito muchas cosas sobre las que tener pesadillas esta noche. 

lunes, 10 de junio de 2013

Ahora

«Si alguien te pregunta qué hora es, dile "ahora". Es lo único que importa.» Josh Homme (Queens of the Stone Age)

Y esa supongo que es la única verdad verdadera. Estamos siempre pendientes del futuro y del pasado y nos olvidamos disfrutar el ahora. Siempre planificando, siempre pensando en qué haremos. Y no nos damos cuenta de que mañana podemos no estar aquí. Vamos a cerrar los ojos y váis a decir todos conmigo: vamos a vivir el ahora, vamos a vivir el ahora, vamos a vivir el ah... ufff, al mes que viene llegan las vacaciones y...

martes, 4 de junio de 2013

Que pasa cuando me reúno con alguien de marketing


Sucede que me ponen de mala hostia. Al menos los que conozco. Y aún así les tengo cariño, pero no tienen ni puta idea.